Fiesta: 30 de mayo. Patrón de España junto a Santiago Apóstol. Rey de Castilla y León,
Nació en el reino de León, probablemente cerca de Valparaíso (Zamora) 1198 hacia y murió en Sevilla el 30 de Mayo de 1252. Hijo de Alfonso IX de León y de Berenguela, reina de Castilla, y primo hermano del rey San Luis de Francia. Unió definitivamente las coronas de los reinos de Castilla y León.
Fue un verdadero modelo de gobernante, de creyente, de padre, esposo y amigo. Instauró el castellano como idioma oficial de la nación y se esmeró para que en su corte se le diera importancia a la música y al buen hablar literario. Guerrero, poeta y músico, compositor de cantigas al Señor. Fue prudente en el gobierno del reino, protector de las artes y las ciencias, y diligente en propagar la fe. Se destacó por su integridad, piedad, valentía y pureza.
Procuraba no agravar los tributos, a pesar de las exigencias de la guerra. Cuidaba tan bien de sus súbditos que se hizo famoso su dicho: «Más temo las maldiciones de una viejecita pobre de mi reino que a todos los moros del África». Propagaba por todas partes la devoción a la Santísima Virgen y en las batallas llevaba siempre junto a él una imagen de Nuestra Señora a la que construyó y dedicó diversas iglesias.
Como todos los santos fue mortificado y penitente, y su mayor penitencia consistió en tener que sufrir la guerra incesante por defender la patria y la religión. Durante 27 años luchó para liberar la península del sometimiento al Islam. Liberó a Córdoba (1236), Murcia, Jaén, Cádiz y finalmente a Sevilla donde murió (1249).
Para agradecer a Dios tan grandes victorias emprendió la construcción de la bellísima catedral de Burgos y de varias catedrales más y fue el fundador de la famosa Universidad de Salamanca. San Fernando protegió mucho a las comunidades religiosas y se esforzó porque los soldados de su ejército recibieran educación en la fe.
Consideraba que el reino verdadero al que todo ha de someterse es el reino de Dios. En sus cartas se declaraba: «Caballero de Jesucristo, Siervo de la Virgen Santísima, y Alférez del Apóstol Santiago. El Papa Gregorio Nono, lo llamó: «Atleta de Cristo», y el Pontífice Inocencio IV le dio el título de «Campeón invicto de Jesucristo».
Con su segunda esposa fue padre de Eleanor, esposa de Eduardo I de Inglaterra.
Al saber que estaba cercana la muerte abandonó su lecho y se postro en tierra sobre cenizas, recibió los últimos sacramentos. Llamó a la reina y a sus hijos para despedirse de ellos y darles sabios consejos. Volviéndose a los que se hallaban presentes, les pidió que lo perdonasen por alguna involuntaria ofensa. Y, alzando hacia el cielo la vela encendida que sostenía en las manos, la reverenció como símbolo del Espíritu Santo. Pidió luego a los clérigos que cantasen el Te Deum, y así murió, el 30 de mayo de 1252. Había reinado treinta y cinco años en Castilla y veinte en León, siendo afortunado en la guerra, moderado en la paz, piadoso con Dios y liberal con los hombres, como afirman las crónicas de él. Su nombre significa «bravo en la paz».
Lo sucedió en el trono su hijo mayor, Alfonso X, conocido como Alfonso el Sabio.
Canonizado el 4 de febrero de 1671 por el Papa Clemente X. Es patrono de varias instituciones españolas y protector de cautivos, desvalidos y gobernantes